Virgen pura que con tu mirada
guiando vas mi vida hacia Dios;
vas dejando mi alma grabada,
con Tu Fé, Tu Pureza y Amor.
Mírame quiero ser tu consuelo,
quiero amarte cual nadie te amó.
Quiero Madre soñar con el cielo,
donde siempre estaremos la dos;
quiero Madre soñar con el cielo,
donde siempre estaremos las dos.
Si en mi vida, furiosa tormenta,
intentaran robarme tu amor,
cuando, lejos de Ti yo me sienta,
haz Señora que entonces no mienta
lo que niña mi alma juró.
Hoy soy fiel, Madre mía, más,
¿podré yo algún día olvidarme de Ti?
Más, ¿podré yo algún día olvidarme de Ti?
Mírame, mírame, que tus ojos quemaran los abrojos que me puedan herir.
Cuando mi alma se sienta cansada,
sé Tú, Madre, mi aliento y valor,
quede siempre en mi ser tu mirada;
y en tus manos, oh Virgen Sagrada,
yo pongo mi amor.
Que en tus manos, oh Virgen Sagrada,
yo pongo mi amor.
Nunca olvidé mi Himno a la Inmaculada, nunca hubo "consejos" tan latentes como estas estrofas que me sirvieron como referencia y consuelo a lo largo de todos estos años y leerlo algunos días, como estoy haciendo ahora, es mi mejor oración antes de terminar el día.
ResponderEliminarHe empezado leyendo y he acabado cantandola y eso q hace más de 30 años q no lo hacia pero jamás voy a olvidarla.
ResponderEliminarIncreíble! Cantar este himno de alabanza me trasporto 13 años atrás cuando estaba en el colegio. Que hermosa letra y cuanta verdad trae consigo.
ResponderEliminarMe ha servido para aprenderme la canción que voy a cantar en el coro para la coronación de 2021. Muchas gracias!
ResponderEliminarNu nada olvidaré estas canciones en la capilla de mi colegio de las esclavas de huelva y a mis tantas amigas del colegio,serán siempre mi mejor recuerdo, aquellos maravillosos años
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